martes, 6 de diciembre de 2011

Relación depredador-presa

En la naturaleza, la relación depredador-presa es esencial para asegurar la preservación de un ecosistema.
Un ecosistema es un sistema, es decir un conjunto de elementos que interaccionan entre sí, y está constituido por: el medio físico, seres vivos y sus interacciones.
Tomamos como ejemplo la serie animada “El Coyote y el Correcaminos”, porque además de graciosa, muestra de manera lúdica, ni más ni menos que un ejemplo clásico de cómo se ajustan y equilibran las cosas en la naturaleza.
Si has visto la historieta, quizás te habrás hecho alguna de estas preguntas:
  1. Si el correcaminos es tremendamente eficiente para escapar del coyote. ¿El coyote se morirá de hambre o se decidirá por comer otra presa?
  2. Pensando en toda la energía que gasta el coyote en capturar a su presa, sin que hasta ahora lo hayamos visto alimentarse. ¿Podría morir rápidamente?
  3. ¿El coyote sólo se alimenta de correcaminos? ¿No hay más tentaciones a la redonda?
Hábitat se denomina al ambiente que ocupa un conjunto de organismos o individuos que viven en un mismo espacio y tiempo. 
Parte de estas interrogantes son las que vienen estudiando algunos biólogos, llegando a interesantes conclusiones acerca de los ciclos depredador-presa.
Para comprender lo que dicen, hay que tener claro dos conceptos. Primero, entenderemos por “depredador”, aquel ser vivo que caza y da muerte a otro animal y, por “presa”, al animal que es cazado.
Lo que se sabe hasta el momento es que el ciclo depredador-presa está caracterizado por constantes subidas y bajadas en abundancia de depredadores y presas.
Esto se explica porque en un mismo hábitat, si los depredadores son muy eficientes cazando y comiendo presas, en un corto plazo las presas podrían desaparecer. Una población o cantidad de depredadores bien alimentados traería como consecuencia una mayor reproducción y, por tanto, un aumento rápido en el número de depredadores.
¿Qué sucede si aumentan los depredadores y disminuyen las presas? Entonces, faltarán presas para alimentar al mayor número de depredadores, disminuyendo rápidamente su población. Al poco tiempo, la relación se habrá invertido y existirán más presas que predadores para cazarlas.
Evidencias científicas
Para comprobar estas constantes alzas y bajas que caracterizan el ciclo depredador-presa en la naturaleza, un grupo de científicos iniciaron en el año 1850 un estudio: contaron el número de linces (depredador) y liebres (presas) en un parque nacional de Canadá. El registro se mantuvo por más de 100 años.
¿Cuáles fueron los resultados? La interacción de estas dos especies era activa y cíclica. Cuando el número de linces subía, la población de liebres rápidamente disminuía (ver gráfico). Pero al poco tiempo la cantidad de linces volvía a caer.  
Gráfico
Con el gráfico se pueden observar varias cosas de las que hemos mencionado.
1.- Las liebres en el tiempo de estudio fueron más en número que sus depredadores linces.
2.- A cada aumento de población de liebres, les siguió un repunte en el número de linces.
3.- A cada repunte en el número de linces le siguió una disminución en la cantidad de liebres.
Como te darás cuenta, estamos frente a un ciclo de subidas y bajadas constantes en el número de depredadores y presas, una característica esencial para el equilibrio ecológico.

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